martes, 24 de marzo de 2009

¿Matarías por venganza?

Acabo de leer esta noticia en la página web cadenaser.com y me es inevitable no escribir nada sobre ella:

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/fiscal-pide-anos-mujer-quemo-violador-hija/csrcsrpor/20090324csrcsrnac_5/

Por si la vagueza es compañera habitual en vuestras vidas, os la resumo. Habla del castigo que pide el fiscal para la madre que prendió fuego al violador de su hija, provocándole la muerte diez días más tarde.

Al hablar de temas relacionados con la Justicia siempre acabamos por hablar de la nuestra, de lo que creemos que es justo y que se debería hacer, sin muchas veces reflexionar un poco sobre lo que decimos y mirando sólo por la resolución justa de un suceso, no por el equilibrio de un sistema que debe ser rígido.

En este caso ocurre exactamente lo mismo, podemos caer en la trampa de defender el ojo por ojo, diente por diente del que se sirve la madre para quemar al que violó a su hija, síntoma clarísimo de odio y venganza. Pero si aceptamos que éstos dos conceptos son válidos para una democracia que intentamos convertir en justa, estaríamos aceptando que quién impusiera el orden fuera el pueblo. De esta manera convertiríamos en inútiles a las fuerzas de seguridad del Estado y al poder judicial, quienes velan por dicho orden. Por tanto, estaríamos retrocendiendo en el tiempo y enterrando la educación que hemos recibido y nos está ayudando a comprender estos sucesos.

Si hay algo que tengo claro, es que cualquier tema, suceso, noticia, comportamiento, etc., tiene por lo menos dos ideas opuestas que generan un debate. Por ello existen, al menos, dos interlocutores con argumentos diametralmente opuestos que son capaces de tumbar al adversario al mínimo descuido. Creo que estaréis de acuerdo conmigo en que si esto sucediera en un país donde la justicia estuviera en manos del pueblo los asesinatos, incendios, atracos, etc., serían la tónica habitual. Si cada cual defendiera sus ideas, si la justicia no fuera regulada sino relativa y cada cuál tuviera su verdad, el caos que viviría el país sería comparable al sucedido siglos atrás.

Al fin y al cabo, aunque la justicia no nos parezca justa es la que hay. Os puedo contar el caso de países del norte de Europa en los que existen castigos tan rígidos como cárcel por robar una bicicleta, y donde la delincuencia es mínima. El miedo infundido por esos castigos actúa como la mejor medida preventiva contra las injusticias sociales y, aunque sean sistemas políticos con ciertos tintes inquisitivos, toda la población es tan libre como quiere siempre y cuando acepte unas determinadas normas que debe cumplir sí o sí por el bien del funcionamiento de una sociedad cada vez mayor y más compleja.

Por tanto creo que la solución a una justicia que no hace "honor" a su nombre no es suprimirla, sino mejorarla. El peor remedio sería entregar la cuchara de palo al pueblo porque comprobado está que lloverían garrotazos por todas partes... eso sí, el tío de la vara se sentiría orgulloso...

Un saludo !!

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