Nos hemos despertado temprano, hemos ido a clase y por la tarde hemos hecho cualquier cosa que no viene a cuento. Pues imaginaros que, en medio de todo eso, por ejemplo, en la cafetería de la Universidad, os encontráis con vosotros mismos. Antes de entrar os creéis ver reflejados en el cristal de la puerta, pero... ¡no!Advertís que vuestro reflejo no lleva vuestra misma ropa y es entonces cuando la historia comienza a tener tintes dramáticos.
Algo parecido les ocurrió a dos hermanas gemelas que, tras 28 años, se reencontraron gracias a la dependienta de una panadería que advirtió gran parecido entre ambas. Al margen de las sentencias legales y el papel de la Justicia (más información en http://www.elmundo.es/elmundo/2009/03/31/espana/1238508455.html ) me parece interesante la sensación que debe estar recorriendo el cuerpo de las dos hermanas y del resto de la familia, ya que, como dice la noticia: " quienes hasta ahora se consideraban hermanas no lo son, y que una tercera niña sí es gemela de una de las anteriores, aunque convivía con familia distinta, sin tener relación alguna."
Sólo pido que intentéis hacer el esfuerzo de asimilar lo que sería descubrir que tu familia "genética" no es la que creías (es como si un día os dicen que los padres de tus mejores amigos son en realidad los tuyos) y que tenéis un/a herman@ gemel@ con el que compartís la grandísima mayoría de los genes, que compartisteis alojamiento durante alrededor de nueve meses y un buen médico os separó durante casi tres décadas.
Sería incluso digno de investigación como el ambiente, el entorno, la familia, la educación recibida, etc., influye en la forma de ser de cada una de ellas.
¿Qué haríais si tuvierais frente a vosotros a alguien físicamente idéntico?
Menudo subidón...